El e-learning y la brecha digital

Mushon Zer-Aviv
Mushon Zer-Aviv

Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se han convertido en el nuevo paradigma del siglo XXI. Como señalan Planella y Rodríguez, este nuevo paradigma sustenta y constituye la base material de nuestras vidas, trabajos, relaciones sociales y comunicaciones. En el terreno de la educación, el e-learning está también produciendo cambios importantes en la manera de afrontar la formación y los procesos de aprendizaje. Por un lado, la sociedad ya ha asumido la necesidad del lifelong learning ante los cambios rápidos que experimentan las sociedades avanzadas en la era de la globalización. Por otro lado, el e-learning está generando nuevas formas de interacción, motivación, velocidad y construcción de identidades.

 

El desarrollo del e-learning ha ido ligado desde el principio a la necesidad de los trabajadores de adaptarse a los cambios que la globalización produce en los mercados de bienes y servicios, que obligan al factor trabajo a un reciclaje continuo para incorporar las nuevas tecnologías o para moverse a otros sectores o segmentos en los que las empresas y los trabajadores tengan ventaja comparativa. El lifelong learning es un principio muy interiorizado por los trabajadores cualificados de algunos países avanzados. El incremento de la productividad en EE.UU. en las dos últimas décadas se explica en parte por la generalización práctica de ese principio, al cual el e-learning ha hecho una contribución importante por su flexibilidad y alcance.

 

Sabemos que existe una relación positiva entre el grado de educación formal acumulada y los salarios de los trabajadores, como estudió Mincer en la década de 1970. Esta relación sigue existiendo hoy en los países avanzados, pero es más tenue e incluso en algunos casos se está diluyendo. Como han visto Castillo el alii en un artículo para el caso de Cataluña, salarios más altos están relacionados con mayor capacitación en TICs y no con más años de educación formal. Esto quiere decir que la brecha salarial se empieza a abrir en la tecnología digital y no tanto en la educación. Aquellos trabajadores que invierten en formación digital tendrán más oportunidades, salarios más altos, mayor seguridad de adaptarse a un cambio brusco del mercado o a cualquier salto tecnológico que se produzca.

 

Dado que una gran parte de la formación a distancia se realiza sobre TICs, el e-learning está contribuyendo decisivamente a mejorar la productividad y adaptabilidad del trabajo cualificado pero al mismo tiempo está ensanchando la distancia entre éste y el trabajo no cualificado o aquél que, en general, no participa en el lifelong learning. Este fenómeno se conoce como “brecha digital” (digital divide). Aunque algunos estudios indican que la brecha se puede estar cerrando en algunos países, se cierra en tecnologías que empiezan a estar superadas y se va abriendo una nueva brecha en tecnologías de vanguardia. Por ejemplo, se ha observado que en EE.UU. la población negra e hispánica podía estar cerrando la brecha en cuanto a posesión de equipos informáticos domésticos, pero se podría estar ensanchando la relacionada con uso de redes de banda ancha y tecnologías móviles. (Bates 2004, p. 131). El rápido avance de las tecnologías de la información y la comunicación, en definitiva, ha aumentado el riesgo de la exclusión social vía analfabetismo digital. Personas mayores, minorías étnicas, trabajadores poco cualificados o estudiantes con fracaso escolar pueden tener problemas para adaptarse relacional o profesionalmente.

 

El e-learning, uno de los agentes responsables del aumento de la brecha digital, debería convertirse sin embargo en un instrumento para la inclusión social. Mediante el diseño y ejecución de proyectos de acción social, el e-learning tiene que contribuir a disminuir las desigualdades y dar una oportunidad a los rezagados. Por ejemplo, los enfermos podrían tener ahora la opción de formarse y poder crecer profesionalmente desde un hospital; las minorías étnicas podrían encontrar vehículos para participar en la sociedad; las personas dependientes podrían tener atención socio-sanitaria a distancia; y un largo etcétera. En general, se trataría de que el e-learning fuera no sólo un medio para incrementar la productividad de bienes y servicios sino también una herramienta para la transformación y el progreso de nuestra sociedad.